Observación entre iguales
Una práctica para el desarrollo profesional docente individual y colectivo
Observación entre iguales
Evidencias
Hay evidencias que señalan que los docentes que intercambian ideas y prácticas educativas declaran tener mayores niveles de satisfacción en el trabajo, autoeficacia y mejores relaciones con los estudiantes (OCDE, 2020).
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El último informe de TALIS indica que las formas que tienen un mayor impacto al mejorar sus prácticas docentes son las prácticas colaborativas de desarrollo profesional, como la observación entre iguales. Sin embargo, sólo el 9% declara haber utilizado esta práctica. En España, el porcentaje baja al 5% (OCDE, 2020).
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Aunque la investigación sobre observación entre iguales (OEI), en la que los docentes desempeñan ambos roles (observador y observado), es todavía limitada, como también lo es su práctica, las investigaciones disponibles, tanto en el ámbito escolar como en el contexto universitario, coinciden en señalar interesantes beneficios.
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A) BENEFICIOS PARA LA INSTITUCIÓN
En el ámbito institucional, la investigación aporta evidencias sólidas que a través de la observación entre iguales los docentes perciben mejoras en las relaciones colegiales con sus compañeros.
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En el ámbito escolar, diferentes estudios muestran que los docentes perciben la observación entre iguales como un mecanismo para establecer relaciones de colaboración de mayor apoyo y confianza (Alam et al., 2020; Daniels et al., 2013; Gray, 2012; Kohler et al., 2019; mejorar la cohesión de los equipos docentes mediante el desarrollo de un lenguaje común (Hall y McKeen, 1989; Rosellón y De la Iglesia, 2021), así como también, para romper el aislamiento entre los docentes (Arnau, 2004; Avila et al., 1991; Bruce y Ross, 2008; Hall y McKeen, 1989; Hamilton, 2013; Slater y Simmons, 2001).
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En el ámbito universitario, diferentes estudios también muestran que los profesores universitarios perciben que la observación entre iguales ayuda a reforzar sus relaciones de trabajo con sus compañeros, a conectar con colegas de diferentes disciplinas y/o del mismo departamento y crear mejores alianzas de aprendizaje profesional y una cultura de trabajo más solidaria y empática. También indican que tanto la observación entre iguales presencial (Bang, 2009; Bleiler-Baxter et al., 2020; Hendry et al., 2014) como online (Ä°nceçay y DikilitaÅŸ, 2022; Nicolson y Harper, 2014) puede ser una medida para combatir el aislamiento en la docencia universitaria ya que ayuda a reducir la fragmentación de la enseñanza universitaria y ofrece un espacio compartido para construir una comunidad de aprendizaje profesional (Bosman y Voglewede, 2019; Guo, 2005; Ä°nceçay y DikilitaÅŸ, 2022 ).
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Así pues, en tanto que mecanismo de formación de profesorado o de desarrollo profesional docente, la OREI también puede contribuir decisivamente a construir una cultura colaborativa de centro y a permitir que los docentes también aprendan en su práctica cotidiana, promoviendo así escuelas que aprenden o comunidades de aprendizaje profesional, capaces de responder a las necesidades de mejora continua y de respuestas a los retos educativos (Duran y Miquel, 2019; Corcelles-Seuba et al., 2024).
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Concretamente, la investigación también muestra que la participación en procesos de observación entre iguales, incluso en procedimientos simples basados en un solo ciclo de observación, puede convertirse en una potente herramienta para aumentar la percepción de los docentes sobre la cultura de colaboración en su escuela, incrementar el sentido de agencia colectiva y la preferencia de los docentes por la colaboración sobre el trabajo individual (Corcelles-Seuba et al., 2024).
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B) BENEFICIOS PARA LOS DOCENTES
Existe una fuerte evidencia al señalar que los docentes perciben que la observación entre iguales es una excelente oportunidad para su desarrollo profesional cuando realizan ambos roles -observador/a y observado/a- (Duran et al., 2020; Corcelles- Seuba et al., 2023a; 2023b; Roselló y De la Iglesia, 2021; Corcelles-Seuba et al, en premsa; Corcelles-Seuba et al. en premsa).
Hacer de observador o observadora, más allá de desarrollar las propias habilidades de observación, necesarias para la práctica docente, es una oportunidad para ver otras gestiones de aula y metodologías en práctica, y desarrollar la autoconfianza docente (Hendry y Oliver, 2012; Motallebzadeh et al., 2017; Thomson et al., 2015; En el rol de observador/a los docentes valoran especialmente identificar áreas para mejorar su práctica (Corcelles-Seuba et al., 2023a; 2023b).
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Ser observado u observada, permite reflexionar sobre la propia práctica, identificar fortalezas, desarrollar la autoconfianza y alentar a través de la indagación colaborativa y el feedback constructivo procesos propios de mejora docente (Duran, et al. 2020; Bruce y Ross, 2008; Motallebzadeh et al., 2017; O’Learly i Savage, 2020; Shousha, 2015; Corcelles-Seuba et al., 2023a; 2023b).
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Los resultados de la investigación también subrayan la importancia de escribir informes después de la observación para identificar objetivos de mejora de la práctica docente (Corcelles-Seuba et al., 2023b). Además, también muestran que después de la intervención, los docentes tienden a reducir sus resistencias iniciales, lo que pone en evidencia que un modelo colaborativo recíproco es eficaz para disminuir las emociones negativas que a menudo surgen ante esta práctica (Corcelles -Seuba et al, 2023a; 2023b; Ribosa et al., 2024).
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En el ámbito universitario, los estudios sobre OREI han puesto de relieve el valor de observar a un compañero/a que enseña, tanto en la misma disciplina como en una disciplina distinta.
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En el caso de la observación intradisciplinar, los estudios muestran que permite comparar entre diferentes grupos de estudiantes, obteniendo una visión más objetiva y rigurosa de la propia enseñanza y más oportunidades para un aprendizaje situado y significativo (Bang, 2009; Bell i Mladenovic, 2008; 2014; Drew i Klopper, 2014; Hendry et al, 2021; Pressick-Kilborn y te Riele, 2008; Schuck et al., 2008; Shousha, 2015; Tenenberg, 2016; Tezcan-Unal, 2018).
En la observación interdisciplinar, los docentes pueden identificar estrategias utilizadas en otras disciplinas aplicables a su propia disciplina, ayudando a cambiar un enfoque del contenido específico por un centrado en los aspectos pedagógicos más holísticos (Beaumont, 2020; Carroll i O'Loughlin, 2014; Donnelly, 2007; Heredia-Arboleda et al. 2021; Miranda et al. 2021; Nicolson i Harper, 2014; O'Keffee et al, 2021; Torres et al., 2017; Walker, 2015; Walker y Forbes, 2018).
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En síntesis, la investigación muestra que los docentes que participan en procesos de OREI perciben tres principales beneficios: 1) Incremento de la conciencia y de la reflexión sobre su práctica; 2) Adopción de nuevas estrategias de enseñanza; 3) Incremento de la confianza en su competencia como docente (Corcelles-Seuba et al., en prensa).
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